Con un extraño concepto del destino, camino en sentido contrario, suspiros, pasos, sonidos y un conjunto de luminosas y oscuras hojas, que llevadas por una suave brisa se acercan hacia mi. Me pregunto más veces de las que puedo responder, no consigo comprender, no logro autopersuadirme, no puedo, no puedo. Estoy de pie, pero suelo volar, e ahí la disyuntiva ¿Cómo salir del círculo cuando soy parte del mismo? Un golpe de confusiones que al fin y al cabo se entrelazan, lanzándome a la más compleja de las circunstancias.
Los recuerdos blancos, negros y multicolores, todos sin distinción tienen una pequeña cuota de responsabilidad, frente a este inholoro aroma. Con cierta resignación, la frustración se instala en la debilitada linea del tiempo, porque la pobre capacidad de concientización hace de esta incógnita una búsqueda constante de identidad.
Si pudiera estrechar la conciencia y ensancharla hasta abrir los ojos y descubrirme, sería la felicidad misma, esa que es tan esquiva y que definitivamente es sólo parte de nuestros anhelos. El sabor del alba se acerca, es mejor dejar de revolver las hojas que ya están marchitas.
Los recuerdos blancos, negros y multicolores, todos sin distinción tienen una pequeña cuota de responsabilidad, frente a este inholoro aroma. Con cierta resignación, la frustración se instala en la debilitada linea del tiempo, porque la pobre capacidad de concientización hace de esta incógnita una búsqueda constante de identidad.
Si pudiera estrechar la conciencia y ensancharla hasta abrir los ojos y descubrirme, sería la felicidad misma, esa que es tan esquiva y que definitivamente es sólo parte de nuestros anhelos. El sabor del alba se acerca, es mejor dejar de revolver las hojas que ya están marchitas.
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