Cuando sobran los minutos, cuando la mirada se vuelve fija, cuando el telefono suena solo por las mañanas y cuando la programacion televisiva es parte del que hacer diario, te das cuenta que es mas facil entrar que salir.
Un periodo en el cual hay muchas, pero fallidas y a la vez forzosas auto motivaciones, en donde es estimulante hasta hace poco lo mas estupido y superfluo que pudiese existir. La solucion se vuelve tan escurridiza, que al momento de tenerla entre los dedos sientes que es agua.
Las opciones se van agotando y la desesperacion es un fiel amigo hasta en los sueños. La impotencia de un momento se quita la careta y al desnudo queda la resignacion, palabra que recientemente se incorpora al selecto volabulario.
El que diran ya no susurra al oido cuando se llega a la disyuntiva de los dos caminos y los bostezos aparecen en promedio cada cindo inhalaciones, solo hay algo que esta pendiente y que no se sabe con certeza que es, pero en el que se puede ver un cierto reflejo de esperanza.
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